Hoy queremos hablar de el producto “matahambre” por excelencia de la gastronomía andaluza: la regañá de pan. Dicen los antiguos, que su origen es fruto de la necesidad, ya que hace más de mil años se buscaban los tres píes al gato para conseguir alimentos aptos para los largos viajes. Esta obra de arte panadera surgió al calentar de manera excesiva un brevaje de cereales, y adquiere su nombre del confinamiento “a regañadientes” al que eran sometidos muchos marinos debido a la infracción de las normas de a bordo. Estos marineros rebeldes solo tenían para alimentarse estas tortas de pan. Bendita serendipia.

4 motivos por los que deberías incorporar las regañás a tus creación culinarias.

    1. Es compatible con la operación bikini.

Las regañás de pan son un producto saludable y muy nutritivo, ya que están elaboradas con alimentos 100% naturales como la harina de trigo, levadura, agua y sal. Esta mezcla da como resultado una “galleta” rica en hidratos de carbono y minerales que llenarán tus depositos de energía para todo el día.

    2. Son el maridaje perfecto para resaltar los sabores y matices de cualquier creación gastronómica.

En Andalucía es muy común encontrarnos a las regañás acompañando platos de viandas como el jamón, el queso o el chorizo además de creaciones un poco más elaboradas como la ensaladilla rusa. El verdadero placer es ver cómo su textura crujiente explota en tu boca y combina sus matices con los de los otros alimentos.

    3.Precaución si no quieres convertirte en un yonki de la regañá

Hasta ahora la OMS no ha dicho nada sobre su fuerte poder de atracción, pero debemos avisar que las regañás son tremendamente adictivas así que cuidado.

    4. Resisten el paso del tiempo mejor que Jordi Hurtado.

Es un producto muy duradero, por lo que debe ser un must en cualquier despensa foodie que se precie.

Si quieres unirte al club de roedores de regañás las puedes encontrar en nuestra página web. Pedimos perdón de antemano porque no vas a poder parar de comerlas.